¿Qué puede ir en el compost?

El compostaje consiste en transformar los residuos orgánicos en humus rico en nutrientes que puede utilizarse en el jardín. El compost bien mantenido ayuda a reducir los residuos y produce al mismo tiempo un valioso abono. Sin embargo, no todo lo que se produce en el hogar y especialmente en la cocina puede ir al compost. A continuación encontrarás una descripción general de los residuos que pueden ir al compost y de los que deben tirarse al cubo de la basura o al contenedor de residuos orgánicos...

Qué puede ir al compost

1. Residuos de cocina:

  • Piel de frutas y verduras: Todos los residuos de frutas y verduras crudas, por ejemplo, piel de manzana, piel de patata, restos de cebolla.
  • Filtros de café y bolsas de té : El papel sin tratar de las bolsas de té y los filtros de café es ideal para el compost, ya que se pudre fácilmente.
  • Cáscaras de huevo: Las cáscaras de huevo trituradas son una buena fuente de calcio para el suelo.

2. Residuos de jardín:

  • Hierba y restos de plantas: La hierba recién cortada y los restos de plantas añaden humedad y nitrógeno al compost. Sin embargo, debes tener cuidado de no añadir demasiados restos de hierba a la vez, ya que pueden apelmazarse y quedar poco aireados.
  • Hojas: Las hojas proporcionan importantes fuentes de carbono para el compost. Una buena mezcla de hojas y material fresco garantiza el equilibrio adecuado.
  • Ramitas y ramas pequeñas: El material grueso, como las ramitas, garantiza una buena aireación del compost. Sin embargo, deben triturarse previamente, ya que de lo contrario tardarán mucho en descomponerse.

3. Madera y papel sin tratar:

  • Pequeños trozos de madera, serrín y cartón (sin color ni cola) pueden utilizarse como materiales secos para ayudar a regular la humedad en la compostadora.

¿Qué no debe ir en el compost?

  • Carne y productos lácteos: Atraen a los animales, provocan malos olores y son difíciles de descomponer.
  • Grasas y aceites: ralentizan el proceso de compostaje y atraen a las alimañas.
  • Heces animales (de carnívoros): Pueden contener patógenos y no deben ir al compost.
  • Plantas enfermas: Las plantas con plagas o infestaciones fúngicas podrían contaminar el compost y transferir enfermedades al suelo del jardín.
  • Madera muy tratada o barnizada: Estos materiales contienen sustancias químicas que pueden estropear el compost y ser perjudiciales para las plantas y el suelo.

Consejos generales para un buen compost

  • Proporción equilibrada: El compost debe consistir en una buena mezcla de materiales «verdes» (ricos en nitrógeno), como restos vegetales, y materiales «marrones» (ricos en carbono), como hojas y ramitas.
  • Aireación: El volteo regular del compost garantiza un aporte suficiente de oxígeno, que es importante para el proceso de descomposición.
  • Humedad: El compost debe estar siempre ligeramente húmedo, pero no demasiado, como una esponja exprimida.

 

Con estas sencillas reglas y los cuidados adecuados, podrás producir en pocos meses un valioso humus para abonar tu jardín.